Qué hacer CDMX: ¿Cuál es la cantina más antigua de la ciudad?
Aunque la cantina más antigua de la ciudad abrió sus puertas en 1872 fue hasta el año 1982 que se dejó entrar a las mujeres

Las cantinas son espacios para la convivencia, en estos lugares de tradición se ofrecen bebidas alcohólicas y alimentos, y es muy común encontrar música en vivo. Estos lugares se han ido adaptando al paso del tiempo, mientras que algunas han ido desapareciendo.
Hoy todas las cantinas de México y de la CDMX, le deben parte de su legado a las primeras cantinas de la capital. A continuación te diremos cuál es la cantina más antigua de la ciudad.

Foto: Especial| Cantina El Nivel.
La cantina más antigua de la ciudad
En 1857 nació la primera cantina de la Ciudad de México (CDMX), llevaba por nombre El nivel. Se ubicaba en la esquina de la calle moneda, muy cerca de Palacio Nacional y es reconocida por haber sido el primer negocio en obtener licencia para vender bebidas alcohólicas. Sin embargo, en 2008 tuvo que cerrar debido a que el edificio fue expropiado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Por lo que La Peninsular, pasó a ser la cantina más antigua de la CDMX que hasta hoy sigue ofreciendo sus servicios. Su origen data del año 1872 y ha sido famosa por tener una barra de casi seis metros. Por otro lado, algunos autores e historiadores señalan que ahí solía ir Pancho Villa, a refugiarse de sus enemigos y aprovechaba para pasar un buen rato.
En esta cantina se puede disfrutar de la clásica “botana” y de gran variedad de bebidas y alimentos. Los fines de semana siempre suele haber música en vivo. Es importante mencionar que el lugar fue remodelado en 2013, por lo que no se conservó su antiguo aspecto, no obstante, sigue conservando en sus paredes y en su interior la vibra histórica que la caracteriza.

Foto: Especial| Cantina La Peninsular.
Aunque abrió sus puertas en 1872 fue hasta el año 1982 que la cantina dejó entrar a las mujeres. Otra de las particularidades de La peninsular, era la singular leyenda que venía escrita en la carta para ordenar:
“Permiso legal para hombres casados: Hago constar por la presente, que autorizo a mi pareja para que se divierta cuando quiera y pueda, beba hasta emborracharse, juegue y se distraiga con cuantas señoras y señoritas se le presenten. Firman la señora y la suegra”.
Durante esa época en las cantinas y pulquerías solamente podían entrar los hombres, ya que en ese tiempo eran los únicos que podían tomar bebidas alcohólicas. Con el paso de los años las cantinas se fueron adaptando a los cambios sociales que implicaron resignificar el papel y la importancia de las mujeres y se les permitió pasar a finales del siglo XIX.
Para finalizar, no olvides darte una vuelta por La Peninsular; en la calle Alhóndiga 26, local 4, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, muy cerca del Zócalo.