¿Sabes que son los “gusanitos” que ves cuándo miras al cielo?
¿Sabes que son esos pequeños entes flotantes que puedes ver cuándo miras al cielo azul o a un fondo blanco brillante?

En alguna ocasión al observar el cielo azul o un fondo blanco brillante, como en el caso de los dispositivos electrónicos, ¿has visto “entes flotantes”?
Algunos de ellos solo se visualizan como figuras circulares y ovaladas, mientras que otros son pequeños puntos que corren a toda velocidad en distintas direcciones, en ambos casos, cada vez que quieres enfocarlos, estos desaparecen.
Ahora que lo mencionamos, esperamos hayas recordado el efecto del que te estamos hablando y estés intentado observarlo de nuevo, si no es el caso, sal al cielo azul y verifícalo por tu propia cuenta.

Una vez comprobado, la pregunta del millón: ¿Qué es lo que vemos? y, ¿Por qué te mencionamos que es, al menos en cierta parte, observar hacía el interior de nuestro organismo?
Entes flotantes
Primero hablaremos sobre los pequeños puntos brillantes que corren en todas direcciones de forma ondulante, a distancias cortas, por solo algunos instantes y luego desaparecen a la vez que surgen otros.
Lo que estás observando es el recorrido de los glóbulos blancos a través de los estrechos vasos sanguíneos de tus ojos que se encuentran frente a la retina.
Debido al tamaño de los glóbulos blancos, los angostos vasos sanguíneos de los ojos tienen apenas el tamaño adecuado para que estas células pasen por ellos.
En consecuencia, esto propicia que algunos glóbulos rojos sigan camino por detrás formando una especie de hilera de células recorriendo los vasos sanguíneos.
Así, cuando estamos observando estos fondos brillantes de la computadora o el cielo azul, la luz que entra a nuestros ojos interacciona con esta hilera de células sanguíneas y nos permite observarlas.
Por otro lado, las figuras circulares, ovaladas y/o filamentosas que aparecen con menor movimiento y que, incluso, pueden cambiar de forma, se denominan miodesopsias, moscas volantes (del latín muscae volitantes) o, simplemente, cuerpos flotantes.

Finalmente, estos cuerpos flotantes generan una sombra sobre la retina y permite que, al observar estos fondos brillantes, esta sombra sea captada por nuestros ojos.
Tales estructuras pueden corresponder a agregados de proteínas, glóbulos rojos o, incluso, restos de tejido que se desplazan con el movimiento del glóbulo ocular.